jueves, 25 de mayo de 2017

SANTUARIO DE LA ENCARNACION: PUERTAS DEL CAMARIN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

 Entre los elementos que podemos encontrar en el camarín rococó del Cristo de la Antigua (S. XVIII) se encuentran sus puertas; tres en total que procederemos a comentar a continuación.

- La puerta de acceso al camarín. Actualmente se encuentra abierta tras colocarse en 2000 una cancela metálica que cierra el acceso pero permite ver el interior de la estancia desde el pasillo.

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

La decoración dorada de sus dos hojas se encuentra dividida en cuatro cuadrados iguales cada una, con relieves relacionados a la Pasión y Muerte de Cristo en su centro, tanto en la cara interna como externa de las puertas. Son los conocidos como Arma Christi.
- El Santo Grial o cáliz que Jesús usó en la Última Cena, y que según algunas tradiciones José de Arimatea empleó para recoger su sangre en la crucifixión.
-  Los flagelos o látigos con los que Jesús fue azotado.

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

- La mano del sumo sacerdote del Sanedrín Caifás, que abofeteó a Cristo.
- La corona de espinas que le fue colocada como burla al título de Rey de los Judíos.

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

- Los tres clavos empleados en la crucifixión.
- El martillo y las tenazas para clavar y desenclavar a Cristo en la cruz.

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

- La jarra conteniendo hiel y vinagre.
- La columna donde fue mandado flagelar.

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

 - La puerta de la ventana, situada a espaldas del Cristo. Repite la temática de la anterior, pero con una división del espacio diferente, con dos Arma Christi en la parte superior e inferior de cada hoja.

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

- Los dados con que fueron echadas a suerte las vestiduras de Jesús.
- La linterna utilizada por los soldados en Getsemaní al capturar a Cristo.

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

- La Vera Cruz donde fue crucificado.
- La túnica inconsútil de Jesús, sin costuras, que Herodes Antipas le hizo vestir como burla.

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

Detalle del pestillo:

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

- La puerta del armario, frente a la de acceso, decorada con simbología mariana procedente de las letanías.
La mayoría de estos elogios son bellas expresiones tomadas del Eclesiástico, Cantar de los Cantares, Sabiduría, y otros libros del Antiguo Testamento, si bien, en los libros citados, no se refieren a la Virgen. Con el paso de los tiempos, la liturgia o la tradición se los han ido aplicando a la Madre de Dios. Todos los demás son emblemas marianos, representaciones plásticas, a manera de metáforas visuales, advocaciones de la Virgen María, como homenaje a su belleza espiritual y compendio de todas las virtudes.

 Según se nos comenta, cabe la posibilidad de que en origen se pretendiera comunicar este camarín con el de la Virgen de la Encarnación a través de esta puerta, lo que explicaría su presencia y decoración.
La división vuelve a ser aquí como la de la puerta de acceso.

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

- El Arca de la Alianza, Foederis Arca, que contenía las Tablas de la Ley, la urna del maná y la vara de Aarón, hermano de Moisés, que había florecido de forma maravillosa; era, asimismo, memorial de la alianza de Dios con el pueblo de Israel. Máximo, obispo de Turín, establece a finales del siglo IV el paralelismo entre el Arca de la Alianza y la Virgen María: "Pero, ¿qué es el arca sino Santa María?, pues si el Arca contenía las Tablas del Testamento, María llevó en su seno al heredero del Antiguo Testamento. Aquélla tenía la palabra de Dios, ésta, el Verbo mismo". El patriarca Modesto de Jerusalén, restaurador de la iglesia de Monte-Sión y de otros santuarios de la Ciudad Santa que habían sido destruidos por los persas, compara el arca, fabricada de madera incorruptible, con María, preservada de la corrupción del sepulcro.
-  Media Luna y estrella: la Luna es símbolo de la Madre-Mediadora-Escalón o puente entre la tierra y el cielo, entre la divinidad y la humanidad. Esta dependencia que la Luna tiene de la luz solar es imagen de la relación de María con Dios: "María no tiene valor por ella misma, todo su valor, toda su grandeza le vienen de Dios". La Virgen es la Luna puesto que está en función del Sol, esto es, su Hijo. Ella es el vivo reflejo de Dios y, en ese sentido, un modelo para todo creyente, puesto que irradia al "hombre nuevo”"que Cristo instaura.
 En la Letanía Lauretana "Estrella de la Mañana", Stella Matutina, expresa simbólicamente la esperanza de quien aguarda la llegada del día después de las tinieblas de la noche. Diversos pasajes de la Biblia presentan a las estrellas como guías. El más conocido es el de los Reyes Magos que fueron a adorar a Jesús guiados por una estrella.


PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

- El Sol. En María, esta imagen del Sol es meramente derivada. El verdadero Sol es su Hijo. Ella lo es en el sentido que, mediante sus virtudes, irradia luz como el astro solar.

- El olivo es un árbol cargado de riqueza simbólica. Hace referencia tanto a la paz, la fecundidad, la purificación, como a la fuerza, la victoria o la recompensa. Bíblicamente está asociado a la paz por la paloma de Noé, que en su pico traía un ramo de olivo. Nuevamente estos valores de fecundidad, victoria, fortaleza o purificación pueden ser aplicados a la persona de la Virgen.

PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

- El pozo de aguas vivas. Crísipo de Jerusalén (siglo V) retomando la cita del Cantar de los Cantares, exalta a María de esta manera: "Alégrate, pozo del agua siempre viva". Encontramos aquí una nueva metáfora del agua con sus ricos matices: agua de vida, vivificadora, que concede a la humanidad la salvación.
La trascendencia del agua y de su significado vital, en este contexto se incrementa aún más. Era pues símbolo de la abundancia y de la fuente de vida. María sería ese pozo, en el sentido en que ella contuvo en su seno a la verdadera agua que da la vida.
- La rosa como emblema mariano fue arraigando especialmente en la Edad Media, aunque ya antes, a partir de los textos bíblicos, se acude a la mención de esta flor para expresar diversos conceptos de orden espiritual. Así, en el Eclesiástico 24,14, la Sabiduría, imagen de María, se refiere a sí misma con la siguiente expresión: "Crecí cual brote de rosa en Jericó...".
En la Letanía Lauretana se invoca a la Virgen como "Rosa Mística". Por otro lado, María -obra maestra de la creación- lleva un manto azul que es como la vela de una nave, y simboliza el viento del Espíritu Divino. Se la rodea de distintas flores: rosas como símbolo de maternidad, y azucenas como símbolo de pureza.
PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA

- El lirio. Los lirios como las azucenas, vienen a significar su ser virginal y su concepción sin mancha de pecado. Esa blancura es imagen de la belleza espiritual de la Virgen.
De este modo, los pétalos abiertos hacia lo alto son una referencia a su apertura a Dios Padre. Los que abren a los costados aluden a su “maternidad generosa y esencialmente misionera”. Todos los pétalos forman una sola flor, imagen de la fraternidad.

- El ciprés es para muchos pueblos un árbol sagrado. Por su longevidad y su verdor persistente es denominado el "árbol de la vida". Por su resina incorruptible y su follaje recio evoca la inmortalidad y la resurrección. Su estricta verticalidad recuerda el tránsito de la tierra al cielo.
Este elemento aplicado a María vendría a significar la idea de que la Virgen, cual ciprés recio, se mantuvo incorruptible y firme ante el pecado, representado como la serpiente a sus pies.


PUERTAS DEL CAMARÍN DEL CRISTO DE LA ANTIGUA



Bibliografía:

- "Las letanías marianas".  
- "Simbología de las letanías lauretanas y su casuística en el Arzobispado de Granada". José Antonio Peinado Guzmán. Universidad de Granada, 2015.

Fotografías: 

José Rafael Navarro


 Mi agradecimiento a Juan Francisco Villar por su inestimable colaboración en la parte de simbología mariana.

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